martes, 18 de junio de 2013

Maratón Alpino Madrileño 2013

Hace 10 años que fui voluntario del Maratón Alpino Madrileño (MAM en adelante). Esa primavera de 2003 yo había participado en mi primera carrera popular, la Media Maratón Vig-Bay, pero ni de lejos me podía plantear afrontar una carrera como el MAM. Estuvimos mi amigo Javitxu (muchas veces superviviente del MAM) y yo en el avituallamiento mejor situado, en el  Collado de Cabezas de Hierro, y pude ver  la dureza del recorrido en los rostros de los corredores que allí llegaban. Desde entonces, he participado en varias ediciones del Cross Alpino y otras carreras de montaña más duras y he tenido la oportunidad de ver, admirar, a los participantes que tomaban salida en el MAM. Para mí, los que se atrevían con semejante recorrido eran cuanto menos unos valientes, aunque muchos dirán que unos chalados sin remedio. Todo este tiempo, como amante de la montaña y madrileño, he pensado que  tenía que correr el MAM en alguna ocasión.

Ha pasado el tiempo y este año parecía propicio para enfrentarse al desnivel y la distancia de esta carrera. Con mayor experiencia en carreras de asfalto y de montaña, la idea ya no me parecía tan descabellada. Ahora parece que florecen carreras de montaña durísimas por todos lados, con distancias y desniveles inhumanos que en cierto modo empequeñecen una carrera de distancia maratón como el MAM (skyrace, que dirían los entendidos). Yo no aspiro a correr "ultras" de montaña y el reto personal seguía intacto, en lo atlético y en lo romántico.
Perfil esquemático del recorrido del MAM

Así que tras la Carrera del Alto Sil en marzo nos pusimos mi hermano Sergio y yo manos a la obra, o mejor dicho pies en la senda, para preparar el MAM 2013. Como a mucha gente le sucede, ninguno de los dos tenemos facilidad para entrenar habitualmente por la Sierra, así que nos planteamos que había que subir el mayor número de veces posible en fin de semana y apoyar eso en el entrenamiento normal entre semana. Al final sumamos un buen número de salidas en las que acumulamos el importantísimo entrenamiento específico y, lo más importante, muy buenos ratos en el monte. Sólo una semana antes de la carrera pudimos hacer la subida a Cabezas de Hierro, aunque en unas condiciones meteorológicas muchísimo peores a las del día del MAM. Desde la primera salida por la Pedriza a principios de abril hasta el rodaje Cercedilla-Cabezas-Cercedilla de 27 km con 1600 metros de desnivel positivo creo que progresamos mucho. Y es que el entrenamiento funciona o "in training we trust".

Y llegó el día de la carrera, 16 de junio, tras una primavera con tiempo de perros y nieve en fechas muy tardías, finalmente las previsiones eran de calor, mucho calor. Tras una noche de poco y mal sueño y gran madrugón, tomamos salida Sergio y yo poco después de las 8 de la mañana, por un recorrido con un tramo nuevo que evitaba algunos embotellamientos de inicio. Este camino alternativo parece algo más progresivo y hace que nos enfrentemos a los primeros desniveles más progresivamente que el original. Mi primera impresión fue que se iba más rápido de lo que esperaba para una carrera así, aunque el ritmo se soportaba. Salimos además sin haber calentado nada, pues nos dijimos que teníamos todo el día para calentar. La subida hasta el Puerto de Navacerrada fue a buen ritmo, preguntándonos qué marca habríamos hecho este año en el Cross del Telégrafo con esta preparación. Casi llegando al Puerto nos encontramos a Pedro animándonos (¡venía de una boda sin haber dormido!). En ocasiones así no hay manera de agradecer los ánimos de la gente conocida y desconocida.

Ya afrontando la subida a Bola del Mundo por la pista de esquí vimos que el viento nos iba a salvar de las chicharras. También volvimos a sentir el picor de piernas que deja el kilómetro vertical que hay desde la salida y que culmina con las duras pendientes de las laderas del Alto de las Guarramillas (Bola para los amigos). Aún así íbamos bien, con buenas sensaciones, disfrutando. La bajada por la Loma del Noruego nos la tomamos con calma, el día era largo y había que preservar las piernas. Sergio me saca bastante distancia en las bajadas y me fue esperando en la distancia. De esta manera seguimos juntos en el avituallamiento del primer paso por el Puerto de los Cotos, donde había mucha gente animando.

El ascenso a Peñalara lo hicimos a buen ritmo también, pero intentando dosificar el esfuerzo. En este tramo los corredores que subíamos nos cruzábamos con los que ya estaban descendiendo. Fue en esta zona donde nos encontramos por vez primera a Alex y Fer, que estaban haciendo el recorrido sin dorsal. También vimos a Marek y a Luis, ambos ya de bajada (¡qué fuertes están los geteperos!). La bajada de Peñalara permite ver de frente durante un buen rato el siguiente escollo en el recorrido, la subida a Cabezas de Hierro por los Tubos. Preparándonos para eso, con la idea de que pasar esa subida bien es la clave para terminar el MAM, paramos tranquilamente en el avituallamiento ya de vuelta por Cotos, donde nos esperaban Sara y las Iselas ¡qué emoción!, qué alegría me dio verlas y oír "¡Papá, papá!". Echamos sales en el agua, comimos y tomamos el aire.

Llegando a la cima de Peñalara. Foto Sebastián Navarrete

De nuevo en camino, a por el "muro" de Cabezas. En los maratones de asfalto se habla del muro del a partir del kilómetro 30, pero en el MAM el muro es literal y está en esta subida: pendientes muy fuertes, terreno técnico de bloques grandes, grava y bloques gigantes, a pleno sol y en un circo cerrado en el que no sopla el aire hasta bastante arriba, todo esto con unos 23 kilómetros de montaña ya en las piernas. Nos lo tomamos con calma, subiendo poco a poco. Donde empezaba lo duro de la subida nos encontramos con Luis, que se retiraba con un corte de digestión. A mitad de subida, Sergio tuvo su única crisis del día, en un terreno donde la gente iba ya fastidiada. Muchos se sentaban a los lados del camino. Durante un rato vimos el helicóptero del 112 en el Collado de Valdemartín (tuvieron que llevarse a la corredora que iba en primera posición por rotura de mandíbula tras una caída). Esperé a Sergio en un avituallamiento junto a una fuente casi al final de la ascensión. Esa fuente debía tener agua milagrosa, porque tras beber un poco de agua fresca y comer un gel, Sergio se recuperó bastante rápido. Ya allí nos volvimos a encontrar con Alex y Fer, que subían como motos.

Fue genial llegar a la cima de Cabezas, por lo simbólica de la ascensión. Si no pasaba nada seríamos supervivientes, ya que la mayor parte del desnivel estaba cubierto. Lo peor que quedaba era la larga bajada de Bola a Cercedilla, así que había que seguir conservando fuerzas. Pedro nos recibió animándonos al comienzo de la bajada desde Cabezas y nos acompañó desde ahí hasta el Puerto de Navacerrada  (¡gracias compañero!). En la bajada hacia el Collado de Valdemartín tuve un tropezón de los de ver el suelo muy cerca en una zona con muchas piedras. Feo, feo. Por suerte pude mantener el equilibrio, no sé cómo. Hasta Bola quedaban dos subidas, la primera a Valdemartín que me tomé con mucha calma y por último a la propia Bola del Mundo donde nos esperaba un nuevo avituallamiento y muchos ánimos por parte de los voluntarios que allí estaban. Era el kilómetro 31 aproximadamente y ya habíamos hecho todas las ascensiones del día. Sólo quedaba el largo descenso hasta Cercedilla, aunque yo ya notaba que iba justo de fuerzas.

Iniciando el descenso desde Cabezas de Hierro Menor. Foto P. de Paz

Bajada por la pista de esquí desde Bola hacia el Puerto de Navacerrada (cómo duele...). Foto P. de Paz

¡Qué dura es esa bajada! Primero, hasta el Puerto de Navacerrada se baja por la empinada pista de esquí que ascendimos unas horas antes. Parece que ese tramo está pensado expresamente para machacar piernas. Al menos se me dio mejor que unas fechas atrás, cuando bajé totalmente bloqueado. En el Puerto, el último avituallamiento y "p'abajo". El terreno lo conozco bien del Cross del Telégrafo y los entrenos recientes, pero claro, nunca lo había bajado con más de 30 kilómetros en las piernas. Comencé con buenas sensaciones, dentro de lo que cabe, aunque Sergio enseguida me sacó distancia. Adelanté a un par de corredores e iba tirando, pero a medida que bajaba, el calor me agobiaba más, la sensación de sed era más intensa y el sol entre los árboles se hacía un calvario. A mitad de bajada más o menos me estaba esperando Sergio y seguimos juntos un rato, aunque yo ya iba con el "piloto automático" y me costaba seguir corriendo en los tramos de llaneo. Al poco del último avituallamiento ya se empieza a oír de lejos la música de meta y uno se anima a seguir. En el último kilómetro Marek y Kike de Diego estaban animando (¡gracias por el trozo de melón!) y de nuevo Sergio me esperaba con Fer. Ya sólo quedaban 300 metros a meta, la familia y los "hematocritos" esperando. ¡Supervivientes!

Al final, un recorrido impresionante y 7h 26min que dan para muchas sensaciones y conversaciones con otros participantes, pero sobre todo queda la satisfacción de terminar un proyecto que hacía mucho que estaba marcado en rojo. Un gran placer también haber compartido tantas salidas para entrenar junto a mi hermano y finalmente entrar juntos en meta. ¡Vaya debut en el maratón Sergio! Nos hemos dejado deberes: entrar en 7h o menos...Pero eso es otra historia.




3 comentarios:

El Patxi dijo...

¡AUPA CAMEPON!!...Menudos huevos que tenéis tu hermano y tu ... jodo!!....

Pues me acordé de que era la MAM mientras subía de Cantoco al Pte. de los Manchegos en uno de los días mas calurosos de este primavera.

Pense: .-¡COÑO!, ¡Si hoy corre el Raul el MAM!-.

Joder, me hubiera gustado ir a animarte, pero se me pasó. Ya lo siento.

Bueno, pues lo dicho, mi mas sincera ENHORABUENA. Ya tienes otra gran experiencia en tu vida para sentirte orgulloso y saber que siempre se puede dar un poco mas en esta vida.

A ver si nos vemos, aunque seá en algún Cross mas light que el MAM, de esos que sabes que nos juntamos, o nos juntabamos porque estoy perro perro. Pero leer estos comentarios tuyos, animan a uno a empezar a entrenar.

Un abrazo CAMPEON!!!!!!

Raúl dijo...

¡Ese Patxi! Tú has corrido el Cross de la Pedriza y el MAM es sólo un poco más duro, así que ya te lo estás apuntando en el debe jeje.

La Cris dijo...

We need wilderness because we are wild animals... que decía el wild Abbey... enhorabuena a los dos por semejante salvajada de horas trotando y ala!! a seguir persiguiendo sueños! Un abrazote, La Cris