Es alucinante la transformación estacional de los bosques "no-mediterráneos". Esos bosques caducifolios europeos que tan raros son en mi tierra. Ahora, en pleno otoño, adentrarse en el bosque de cerca de casa es un disfrute para la vista. Dan ganas de aprovechar allí dentro cada minuto de luz de cada día. Si no aprovechas, te lo pierdes, porque el invierno llegará en lo que dura un suspiro y se perderán los mil colores, las setas y el brillo del agua en las hojas. En días como este uno se reconcilia con la vida de emigrado y recuerda que hay que disfrutar el momento e intentar no anhelar lo que no tiene ni puede tener delante.
domingo, 17 de octubre de 2010
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6 comentarios:
Mola
Que de recuerdos me traen tus palabras y estas fotos..
Hacía tiempo que no publicaba nada, pero las sensaciones de ayer bien lo merecieron. Gracias por pasaros por aquí, me alegro de que os hayan gustado/inspirado las fotos y las líneas :-)
Veo que sigues entrenando. Eso esta muy bien. Este domingo toca Cross de Cuerda Larga....miedo me da el frío que va a hacer....
Un saludo Raul.
Ese Patxi! Bueno, ahora sin mucha continuidad. Hago de todo y de nada a la vez. Hasta la primavera no correré ninguna carrera, pero mientras hay que mantenerse :-).
Hay dos milagros en el planeta Tierra: uno es que aún exista algo de vida inteligente y otro es... ¡sí... sí... increíble... que Raúl actualice su blog, ja, ja!
Saludos, tron.
Tino
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